Personajes detestados #1. Joffrey Baratheon (t)

Este artículo es una traducción de Loathed Characters #1. Joffrey Baratheon, publicado por Talha Naushad el día 15/09/2016 en The Tower of the Hand.

joffreybaratheon
Artista: Magali Villeneuve.

En una serie repleta de personajes de todos los tipos y colores, Joffrey Baratheon tiene el honor de estar entre los pocos que son universalmente vilipendiados tanto por el fandom como por los personajes del universo martiniano por igual. De hecho, exceptuando a Cersei, es difícil encontrar a alguien que recuerde a Joffrey o a su reinado con algún tipo de cariño.

«Joffrey es un mierda»

Jon Nieve, AGOT 8: Arya I

Desde el momento en que nos es presentado, Joffrey es la viva imagen de un niño mimado a quien se le ha subido a la cabeza el poder que ha recibido. Es antipático con aquellos a quienes juzga indignos de su atención, cruelmente despreciativo con cualquiera a quien considera inferior de categoría y utiliza sus privilegios y su autoridad como príncipe heredero para intimidar, acosar y hacer sufrir a quienes no se ajustan a su limitada y autocomplaciente visión del mundo. Una y otra vez demuestra una total falta de empatía hacia los demás, tratando a menudo a los que le rodean como vulgares herramientas para su divertimento. Por otro lado, demuestra consistentemente tener un fetiche con la violencia de palabra y obra, manipulando, engatusando y controlando a los individuos únicamente para ejercer autoridad sobre los demás.

Un ejemplo temprano de su necesidad descarada por el control puede ser visto cuando manipula a Sansa para que monte con él a caballo y beba vino, a pesar de que no se siente cómoda haciéndolo.

Sansa bebió más vino del que nunca había bebido antes. «Mi padre sólo nos permite beber una copa y sólo en los festines», confesó a su príncipe.

«Mi prometida puede beber todo el vino que quiera», replicó Joffrey mientras rellenaba su copa.

AGOT 16: Sansa I

Esta específica serie de acontecimientos culminó con la escena de El Tridente, donde sus tendencias rabiosas quedaron plenamente expuestas cuando se deleitó haciendo sangrar a Mycah y después atacó a una Arya indefensa empuñando su espada de acero.

A lo largo de AGOT, ACOK y ASOS somos testigos de numerosos ejemplos en los que Joffrey, tras haber ascendido al trono, es abiertamente misógino, abusivo y despiadado con sus súbditos. Desde su abuso verbal, físico y psicológico hacia Sansa hasta la orden de cortarle la lengua a un bardo; desde el lanzamiento de saetas contra la multitud que protestaba ante las puertas de la Fortaleza Roja hasta su constante degradación de Tyrion; a lo largo de todos estos eventos podemos trazar el descenso de Joffrey en una espiral de abuso de poder para apuntalar su equivocado complejo de superioridad y su irritante auto-importancia.

Una tendencia común que subrayan sus acciones es la libertad con la que disfruta de cualquier tipo de actividad impulsiva que emprende. Durante sus años como heredero e incluso después de subir al trono, no existe un control sobre sus acciones, resultando todo ello en consecuencias desastrosas para la gente que le rodea. Gran parte de esto puede atribuirse al entorno en el que fue criado. Aunque Robert es famoso por ser un rey ausente, lo más crucial es que también fue un padre ausente y abusivo. Su tendencia a participar en actos desenfrenados de puterío y embriaguez hicieron que abandonara el cuidado continuado de su heredero inmediato, cuando una persona mínimamente inteligente hubiera tomado un papel más activo en la preparación del próximo rey de su dinastía.

Por otra parte, su ejemplo (que su «hijo» trató de emular) tuvo un impacto significativo en la forma en que Joffrey percibe el mundo que le rodea. Robert era continuamente abusivo con Cersei, física y sexualmente, y también era conocido por haber golpeado tan fuerte a su hijo durante su infancia que todos pensaron que había muerto. Todos estos hechos constituyeron un precedente de comportamiento que Joffrey emuló con sus propias acciones. Además, las historias de la Rebelión de Robert y sus victoriosas dotes para la lucha inculcaron también en Joffrey parte de la arrogancia con la que desprecia a los demás, a quienes considera inferiores a su padre (de cuyas habilidades cree ser también heredero). Además, todas estas gestas constituyen un ideal que Joffrey intenta recrear con su contundente manera de ser hacia los demás, deseando dominarlos para conseguir lo que quiere, mientras al mismo tiempo busca la aprobación de su padre.

Joffrey nunca había tenido un amigo cercano de su misma edad, que ella recordara.

«El pobre muchacho estuvo siempre solo. Cuando yo era niña tenía a Jaime… y a Melara, hasta que cayó al pozo. Joff se había encariñado con el Perro, claro, pero aquello no era amistad de verdad. Simplemente buscaba al padre que nunca encontró en Robert».

AFFC 29: Cersei VI

Si bien Robert fue un padre extremadamente negligente y abusivo, el comportamiento de Cersei con Joffrey es igualmente responsable de dar forma a su personalidad. Ella es extremadamente cariñosa con su hijo mayor, canalizando en él sus frustraciones, sus sueños reprimidos y la paranoia con respecto a todos los no-Lannister, que ella piensa que se debe a sus hijos. Excusa a Joffrey por su comportamiento, estallando contra aquellos que se atreven a decir algo en contra de su hijo o que critican lo que a él le gusta. Ella ha sido la que ha estado más directamente involucrada en su educación y le ha influido con su altiva arrogancia, su pomposidad y su condescendencia hacia los demás. Por otra parte, también alimenta su carácter revanchista y le da la confianza para arremeter contra quienes ella considera que van contra él, al mismo tiempo que hace la vista gorda ante su flagrante crueldad.

Si bien el entorno de Joffrey puede ser considerado como uno de los factores de que dieron forma a su carácter, esto no le exime de las acciones que perpetra. Joffrey, como príncipe de la corona y rey, disfruta de una elevada capacidad de acción y sus actos no dejan ningún rastro de duda de que es un sádico que se regodea en el dolor y la agonía que provoca a los demás para saciar su placer narcisista. Esto puede verse en la historia que se nos cuenta sobre cómo abrió en canal a una gata para sacarle los gatitos, en las repetidas veces que ordena públicamente a sus guardias que golpeen a Sansa para castigarla por los «delitos» de su hermano, en los momentos en los que ordena que se celebren luchas a muerte para su regocijo y en la forma constante en la que avergüenza a Tyrion durante la boda. La humillación es un tema constante a lo largo de su trayectoria, junto con su obsesivo deseo de controlarlo todo y de manifestar su poder haciendo sufrir a la gente.

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Artista: Joshua Cairós.

Aunque Joffrey es considerado generalmente un tirano caprichoso, también posee una faceta cruel y una reducida astucia mediante la cual, a su manera, es capaz de manipular los resultados para que se suscriban a sus insignificantes deseos. Esto se puede observar en la forma en la que inicialmente manipula a Sansa para hacerse querer por ella y también en la manera en la que (con mucho tacto) miente ante Robert, acusando a Arya de haberle atacado durante el incidente en el Tridente. Por otra parte, Joffrey también demuestra que puede llegar a ser extremadamente calculador con la gente a la que quiere denigrar.

—¿De qué les van a servir mis respetos? —Joffrey era petulante como sólo puede serlo un príncipe niño.

—De nada —replicó Tyrion—. Pero es lo que debes hacer. Tu ausencia ha sido muy comentada.

—El hijo de los Stark no me importa lo más mínimo —dijo Joffrey—. Y no soporto los lloriqueos de las mujeres.

Tyrion Lannister alzó el brazo y abofeteó a su sobrino con fuerza. La mejilla del chico se puso roja.

—Una palabra más y te doy otra vez.

—¡Se lo voy a contar a mi madre! —exclamó Joffrey.

Tyrion lo abofeteó de nuevo. Las dos mejillas se pusieron del mismo color.

—Cuéntaselo a tu madre —dijo Tyrion—. Pero antes ve a ver a Lord y Lady Stark, arrodíllate ante ellos, diles lo triste que es todo esto, que estás a su servicio para cualquier cosa que puedas hacer por ellos o por su familia en este momento de dolor, y que los tienes siempre presentes en tus oraciones. ¿Entendido? ¿Entendido?

El chico parecía a punto de echarse a llorar, pero se las arregló para asentir débilmente. Se dio media vuelta y salió corriendo por el patio, con la mano en la mejilla. Tyrion lo observó alejarse a toda velocidad.

AGOT 10. Tyrion I

En el ejemplo anterior, vemos a Tyrion abofeteando a Joffrey para reprenderle por no mostrar la cortesía necesaria hacia el estado de coma de Bran y el duelo de los Stark. Esto fue seguido por el intento fallido contra la vida de Bran y en ASOS Tyrion desenreda la trama sobre quién pudo haber enviado al asesino.

El cuchillo que había elegido Joff era sencillo, nada de filigranas de oro, piedras preciosas en la empuñadura ni incrustaciones de plata en la hoja. El rey Robert no lo utilizaba nunca, probablemente hasta se había olvidado de que lo tenía. Pero el acero valyrio tenía un filo mortífero, tanto como para atravesar la piel, la carne y el músculo en un golpe rápido. «No es la primera vez que veo acero valyrio.» Pero es muy probable que todavía no lo hubiera visto nunca en aquella ocasión. De lo contrario no habría cometido la estupidez de elegir el cuchillo de Meñique.

Lo que aún no sabía era por qué. ¿Tal vez por simple crueldad? Si algo le sobraba a su sobrino era eso. Tyrion tuvo que hacer un esfuerzo para no vomitar todo el vino que había bebido, para no mearse en los calzones, o para no hacer ambas cosas. Cambió de pie, incómodo. Tendría que haber cerrado la boca en el desayuno.

«Ahora el chico sabe que lo sé. Esta lengua mía me va a llevar a la muerte.»

ASOS 61, Tyrion III

Aunque Tyrion y Jaime especulan con la idea de que Joffrey pudo haber enviado al asesino para complacer a Robert, podría haber otra razón arraigada en su psique. Fue la caída de Bran la que provocó que Tyrion humillase a Joffrey abofeteándolo. Así que la decisión de Joff de enviar un asesino puede no sólo haber sido un intento de mejorar su posición ante Robert sino también constituir un acto de agresión contra el individuo que indirectamente provocó que le degradaran.

Otro aspecto a destacar es que Joffrey emplea lacayos para ejecutar sus tareas, ya sea el atentado contra Bran o las palizas a Sansa por medio de la Guardia Real. Esto indica que en el fondo es un cobarde al que aterra mortalmente la idea de ser avergonzado y de que su personalidad hueca quede expuesta. Joffrey es un incompetente en todas las tareas que según los estándares feudales de Poniente son propias de su estatus. No es un gran espadachín (como se puede ver en la paliza que le da Robb Stark mientras están en Invernalia) y tampoco alguien que engendre lealtad entre sus súbditos (dado el trato que les dispensa). Su posición privilegiada es todo lo que tiene y cuando se enfrenta con cualquier forma de disidencia o de desafío, su única respuesta es atacar utilizando esbirros o escudándose en su cargo.

—Aquí el único monstruo eres tú, tío —dijo Joffrey con una mueca burlona.

—¿De verdad? —Tyrion inclinó la cabeza hacia un lado—. Entonces harías bien en hablarme con más educación. Los monstruos son bestias peligrosas y, últimamente, los reyes mueren como moscas.

—Sólo por decir eso, podría cortarte la lengua —dijo el niño al tiempo que se ponía rojo—. Soy el rey.

ASOS 54; Tyrion VI

Joffrey es mantenido la mayor parte del tiempo lejos de las divagaciones políticas que envuelven los Siete Reinos. Se le permite llevar a cabo sus disparates mientras otros se dedican a hacer frente a las preocupaciones más urgentes, todo ello por una buena razón (sobre todo en ASOS). Su naturaleza caprichosa y su ira creciente e incontrolable resultan harto problemáticas para la casa reinante, sobre todo cuando el foco está puesto en él. Tal fue el caso de los disturbios de Desembarco del Rey, cuando sus acciones provocaron que la multitud reunida en torno al cortejo real se amotinara justo en el tramo en que éste era más vulnerable.

Si hay un evento que mejor resume a Joffrey y que define su reinado y sus méritos para ocupar el primer lugar entre los personajes más detestados es la orden de decapitar a Ned Stark. No es sólo que traiciona su palabra y la de su familia ordenando esa ejecución, sino que ni siquiera comprende las ondas de choque políticas que su decisión podría causar. El objetivo de matar a Ned no era otro que saciar su orgullo, ya que en su mente constituía una declaración pública de que él era un rey por derecho propio y que nadie cuestionaba su legitimidad. La secuencia de eventos es totalmente innecesaria, ya que los Lannister ya habían conseguido neutralizar a Ned y asentarse más en el Trono de Hierro. Joffrey no presta atención a lo que su acción provocaría, ya que Ned Stark no es solo uno de los personajes más respetados de la serie, en su mundo es un gran señor, el Norte le respeta y le aprecia y en Poniente hay bastantes personajes importantes que también lo hacen. Los Lannister, en ese momento, buscaban dar por concluidos los combates en las Tierras de los Ríos para así proteger militarmente su recién adquirido centro de poder.

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Artista: Magali Villeneuve.

Pero a Joffrey nada de eso le importaba. Para él, lo crucial del momento era gozar de la capacidad de dar una orden que satisficiera sus ansias de violencia y ejerciera como demostración pública de su fuerza. No le importaba un comino la percepción pública de ese evento y cómo afectara a la dinámica política de Poniente, sobre todo en un momento en que Desembarco del Rey se hallaba muy vulnerable, Stannis y Renly reunían fuerzas y Tywin y Jaime participaban en un conflicto en las Tierras de los Ríos contra los Stark. La decapitación de Ned nos muestra también cómo estaba de alienado Joffrey de la realidad y su idea de que el poder ilimitado que ahora ostentaba era sencillamente un juguete en sus manos.

Ciertos sectores argumentan que Joffrey es solamente un rey niño y que esto es lo que pasa cuando se le proporciona un poder absoluto a un niño mimado con una vida privilegiada. Sin embargo, es muy útil comparar y contrastar a Joffrey con los niños Stark. Es cierto que mientras sus circunstancias son muy diferentes, a través de los POVs de Bran y Arya podemos ver cómo de conscientes son de sus lugares en la sociedad, sus familias y las expectativas reunidas en torno a ellos. Tal característica está completamente ausente en lo que vemos hacer a Joffrey, cuyos actos tienen graves matices de comportamiento asocial.

Fue sólo gracias a la brillantez de Tyrion y a la pura suerte que Joffrey se librase de sufrir cualquier tipo de sentencia judicial, ya fuese dictada por Renly o por Stannis. Incluso cuando finalmente muere, los lectores de la serie y los personajes del universo martiniano quedan desprovistos del placer de verle recibir un castigo merecido por sus delitos. Joffrey muere en su boda y lo que vemos es a un niño de 13 años ahogándose terriblemente, lo cual provoca que en vez de experimentar una catarsis lo que sintamos es que esto no es más que el presagio de más caos. La Boda Púrpura llevó a las historias de Tyrion, Oberyn y Tywin a sus momentos más sombríos y marcó el inicio de nuevos niveles de caos y politiquería en los Siete Reinos. El legado de Joffrey es, en última instancia, un agravamiento de la situación en los Siete Reinos y una incapacidad total para instaurar una monarquía en la que el rey puede ser considerado responsable de sus acciones.

«No estoy librando una guerra para sentar en el Trono de Hierro a Robert II»

«No será Robert II, será Aerys III»

Tywin Lannister y Tyrion, ASOS 54; Tyrion IV

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